T5-Divulga, que algo queda

Para esta quinta tarea creo que resulta más interesante o, por lo menos, más agradable optar por la primera de las opciones que se nos ofrecen y hablar de mi relación personal con la divulgación. He de comenzar indicando que, aunque no soy un gran consumidor de divulgación puedo apreciar un buen producto divulgativo como aprecio un buen trago de agua fresca del botijo cuando aprieta el calor. Quiero decir con esto que busco proactivamente consumir productos de divulgación pero que cuando doy con ellos por una fortuita combinación de circunstancias no suelo rechazarlos.

En cuanto al formato, en este momento una de las formas más habituales para llegar a un contenido divulgativo es a través de los archiconocidos mensajes de WhatsApp en los que alguien te comparte una publicación de YouTube de contenido divulgativo. Con otros formatos el contacto es más infrecuente puesto que son formatos más complicados de compartir y menos inmediatos de consumir.

En un marco más profesional, sí que a veces empleo algunos vídeos de divulgación en mis clases para diferentes fines que van desde “mostrar” alguna experiencia que no podemos reproducir en el aula hasta para mostrar a los futuros maestros y maestras cómo un discurso incorrecto puede arruinar un buen recurso y, por lo tanto, insistir en que deben ser muy cuidadosos y selectivos con los recursos que llevan al aula. En particular, más allá de los botijos, a los que ya he aludido y que aparecen cada año en mi aula, uno de los “divulgadores” que más utilizo, aunque no sé si encaja en ese término, es HRom (@HRom) cuyo canal de YouTube es accesible en este enlace. Dejo por aquí uno de mis vídeos favoritos de su canal:

En un ámbito más personal, y contemplando una acepción más amplia de divulgación, es cierto que sí sigo con frecuencia la labor de divulgación de la obra de Tolkien que se realiza desde la Sociedad Tolkien Española a través de su podcast Regreso a Hobbiton y las cuentas de Twitter de algunos de sus miembros destacas como @Monigliani.

Por último, respondiendo a la última pregunta que se planteaba en esta opción, la verdad es que creo que no me vería haciendo divulgación y tampoco creo que tuviera “el arte” que se necesita para tener éxito en el campo. Sí, creo que me siento más cómodo en la enseñanza y haciendo uso de esos recursos que nos proporcionan esos divulgadores que sí tienen un don especial para acercar la ciencia al gran público.

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